No se trata de querer cambiar
todo de golpe. Se trata de tener presente las cosas a cambiar y trabajar
metódica y persistentemente sobre ello.
No se trata de soñar un mundo
mejor. Se trata de planificarlo y realizar, en forma sistemática, todos los
pasos necesarios para crearlo, para hacerlo real.
No es suficiente desear que todos
nos unamos. Tenemos que empezar a convertirnos en personas que se acercan unas
a otras para trabajar unidas.
Mi empleo de los términos
“metódico”, “sistemático”, “persistente”, no es casual. Es imposible, repito imposible,
alcanzar un objetivo sin esos elementos.
Resumidamente puedo decir que:
Sólo luego de haber determinado un objetivo preciso, fijado una forma ordenada
de proceder y trabajado constantemente, se logra lo que se desea alcanzar.
Para hacer una casa se diseña un
plano, se construye una base firme, se levantan paredes y techos, se colocan
puertas y ventanas. Todo controlando que cada paso se realice de forma correcta
para asegurar el resultado final.
Además, en la construcción de una
casa, cada cual realiza la tarea que le es propia: Los albañiles levantan
paredes, el electricista instala la luz, el plomero el agua, el gasista el gas,
el pintor embellece las paredes, etcétera. Si no fuera así el resultado podría
ser catastrófico.
Del mismo modo se procede con la
transformación del planeta: Cada cual trabajando especialmente en lo que sabe
sin perder de vista el objetivo común.
Toda esta planificación, cuidados
y trabajos, son aplicables para el objetivo de transformación de la Tierra.
Se deben realizar reuniones
periódicas para establecer puntos en común y trabajar sobre ellos.
Las reuniones tienen que ser de
dos tipos: Unas formadas por personas con un propósito específico atinente a su
ocupación y al tema que mejor dominan. Otras con la unión de grupos diferentes
para ver avances y renovar el objetivo común que es transformar la Tierra en un
lugar para todos, con Verdad y con Justicia.
Debe procurarse la construcción
de grupos donde cada integrante comprenda que todos tenemos que pensar y
trabajar y “no hay un líder por sobre el resto”.
Esto último es muy importante: “no
hay un líder por sobre el resto”. Esto es una prevención contra
cualquier intención de dominio de un grupo de personas para fines egoístas;
esto ayuda a evitar la formación de una secta o sea de un conjunto de personas
obedeciendo los dichos de alguien considerado por encima del resto.
Siempre habrá quien sobresalga;
nunca deberá ser considerado por sobre los demás.
Todos deben ser valorados por
igual.
En todo grupo hay diversidad. Esto
no debe permitir que aquel o aquellos que sobresalgan por algún talento en
especial pretendan transformarse en conductores autorizados.
El que sea más inteligente o
capaz que ayude al resto a mejorar sus capacidades.
Que
aquel que sea más capaz se maneje con humildad recordando que es tan sólo una
persona más en el grupo y en la
Tierra.
Que todos estén siempre atentos
para no permitir que alguien intente ponerse por encima del resto.
Todos debemos liderar este
cambio, “para siempre”, en nuestro planeta. Todos, absolutamente TODOS.
El autor del presente trabajo
también está sujeto a estas premisas.
No hay nadie especial entre
nosotros. Todos somos uno.
“EL MENSAJE”. Autor: Daniel Adrián Madeiro *** Este material puede ser copiado, impreso, difundido etc. sin cargo, libremente. El autor no autoriza su uso comercial. --- Copyright © Daniel Adrián Madeiro. Todos los derechos reservados.
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